sábado, 6 de agosto de 2011

DEL VIEJO...EL CONSEJO

Bueno...mi primer contacto ha sido solo para que sepais un poco  con quién tratais.....ya veis, un poligonero más... sin cultura y sin nada que ofrecer. Bueno..nadaaa, nada...no!.
Siempre podemos aprender algo de los demás....solo tenemos que escuchar....o leer. Eso si....ni escuchar ni leer a los políticos... eso desorienta mucho.
Me paro a pensar muchas veces y recuerdo frases de mi abuelo materno....(ahora sé que era un sabio....o quizá es que era viejo). Una de esas frases era : Observa al viejo jugar a las cartas y el día de mañana sabrás qué Palo tocar.
Me lo tomé al pié de la letra y me pasaba el día viendo jugar  a los viejos a las cartas. Como es lógico solo aprendia a jugar a las cartas...pero mal. No entendia la mayoria de las jugadas. Así que empecé a tomar interés, más que por las cartas, por sus conversaciones.
Hablaban y hablaban sin parar de sus vivencias, de sus experiencias, de la mili, de la guerra, de las enfermedades, de cómo estaba el mundo, de si habia parido la guarra del tío Meseño.............y mientras tanto, vino vá, vino viene, se reian de todo: de las alegrias de los demás, de las pequeñas desgracias ajenas y propias (por supuesto), de las absurdas decisiones (según ellos) que tomaban los gobernantes de esta y otras épocas (todos son iguales: Carlistas y Liberales).
Hablaban y hablaban de las cosas que para ellos eran inútiles y de las que, de verdad, fueron importantes.
Ahí es donde de verdad empecé a aprender a jugar a las cartas y a saber qué Palo tocar.
Lo verdaderamente importante para ellos era su familia, su casa, sus poquitas gallinas o cerdos o las dos vacas y su cachito pan diario; amén de poderse sentar a diario con sus amigos en la taberna y, gozando de buena salud, echarse sus vinitos y su partida de cartas.
Joooder.....vaya vida sencilla, limpia y envidiable. Cuatro necesidades básicas que hacen felíz a un hombre.
En esas vidas la política ni influia, ni tenia sentido, ni era necesaria. Ni el coche propio. La tele...solo la del Tele-Club. Ni vitrocerámica. Ni olla expres. Ni ordenador. Ni teléfono. Ni cartilla en el banco. Ni are acondicionado o calefacción central. Ni DVD. Ni TDT. Ni siquiera les importaba si había o no periódico.
No sentian el estrés del consumismo...ni lo necesitaban.
Os juro que les envidio....aunque yo me he visto metido en esta espiral del consumismo y de la posesión de lo innecesario, a veces, echo la vista atrás y, añoro una casita en el campo, aislada, con una chimenea rústica donde encender cuatro troncos de encina y poner el pote con el cocido a las 6 de la mañana y dejarlo cocer despacito, añadiendo agua de vez en cuando, hasta que se termine de cocer a eso de la una del mediodia.
Mientras tanto voy a atalantar a las gallinas, echar de comer a los tres guarros, ordeñar a las dos vacas, cocer la leche y con la nata hacer un poco de mantequilla.
Y ahora perdonadme....pero como ya soy viejo..........me voy a jugar a las cartas.


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